El nacionalismo
cosmopolita
La referencia Europea
en la construcción nacional
en Colombia (1845 - 1900) de Frédéric Martínez
Frédéric Martínez, es un historiador francés, quien decidió investigar
como tesis de doctorado en Historia, El nacionalismo cosmopolita. La referencia
Europea en la construcción nacional en Colombia (1845 - 1900), en la
Universidad de París, en 1997. Él decidió hacer un riguroso estudio en las
ciudades de Bogotá, Medellín, Popayán y París, buscando archivos históricos
como cartas, actas, informes oficiales, boletines, prensa, bibliotecas
nacionales y algunos archivos públicos y privados de algunas personalidades
referentes de la época.
Con este material, Frédéric construyó esta investigación para
dar cuenta de la generación política que buscó forjar Estado y Nación en 1845 a
1900. Estas personalidades hacían parte de la élite criolla, instruidos, bien
delimitados por la historiografía; propietarios rurales y comerciantes,
políticos y clérigos, pero ante todo, periodistas, que estaban muy atentos a
los sucesos europeos y norteamericanos.
Esta investigación nos contextualiza el fracaso al intentar
construir una República unida, sucesos políticos y leyes que cambiaron el rumbo
de la sociedad colombiana; y nos deja como reflexión y gran problema que el
2016 aún existe, la identidad como colombianos, ¿por qué se
identifican como ingleses, franceses, estadounidenses, alemanes, italianos y
hasta mexicanos?, ¿Qué pasó en la historia de Colombia para tener tal vacío de
identidad?
En esta investigación se desarrollan la metodología de exploración de fuentes
primarias a través del estudio de cartas, folletos, actas, manuscritos y prensa
de la época. Las fuentes gráficas donde se identifican varias personalidades,
edificaciones y mapas, a través del dibujo y retrato; la principal para este
estudio la fuente escrita. Una de las fuentes escritas utilizadas son
primarias: como las crónicas de viaje, manuscritos y cartas entre personajes
como Francisco de Paula Santader, Lino Pombo, José María Samper, Rafael Núñez,
Mariano Ospina, el Papa Pio XII, presidentes, ministros, archivos oficiales,
entre otros.
Estas fuentes fueron consultadas en la Biblioteca Nacional,
Bogotá; Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá; Academia Colombiana de Historia,
Bogotá; Fundación Antioqueña para los Estudios Sociales, Medellín; Biblioteca
Pública Piloto, Medellín; Archivo Central del Cauca, Popayán; Archivo General
de la Nación, Bogotá; Archives Nationales, París, entre otros.
Las fuentes secundarias fue en segundo lugar la base de esta
investigación, con biografías, artículos, libros, semanarios, magazín, gacetas,
boletines y con 54 periódicos, de los cuales 43 eran colombianos, el resto eran
de Europa; la investigación tiene una narrativa cronológica, tiene la fluidez
como novela, lo que permite leer con fluidez, tiene cifras, porcentajes y
estadísticas explícitas e implícitas. Además, el libro tiene glosario de
palabras y abreviaturas para contextualizar al lector, también una lista de
biografías, autobigrafías y bibliografías.
La investigación tiene una extensión de 580 páginas, 8
bloques temáticos o capítulos; fue publicado por Banco de la República de Colombia y el
Instituto Francés de Estudios Andinos de Lima, en el año 2001 en Bogotá. El
título original es, Le nationalisme
cosmopolite. La référence á l’Europe dans la construcction nationale en
Colombie (1845 -1900). Traducido por Scarlet Proaño y revisada por el mismísimo Frédéric Martínez.
El concepto de esta investigación trata sobre la construcción
de un Estado, de una Nación con base en las referencias extranjeras como la europea
y con muy poca influencia de los estadounidenses.
Las características de este estudio son las referencias, la
inspiración, el modelo a seguir de las élites colombianas a las instituciones
oficiales u estatales europeas y estadounidenses. Para fortalecer la economía,
la infraestructura vial y los modelos de transporte, lo ingenieria y poder
militar, las leyes, las constitución, los medios de comunicación, la generación
de espacios de cultura, la forma de vestir, la religión, entre otros intereses.
El objetivo es comprender las implicaciones de referencia del
exterior en el debate político colombiano y la construcción de una unidad, de
una nación. De esta manera surge la teoría de esta investigación, la cual,
sirvió de tesis para que Frédéric Martínez obtuviera el título como Doctor en
Historia.
Este estudio desarrolló el tiempo mediano, porque analiza medio
siglo, además de narrar la historia con el método cronológico, también, tiene pie
de notas, que contextualizan datos temporales que se salen del rango de estudio
de 1845 a 1900.
El tema principal era nacionalismo cosmopolita, consiste en
la visión, el deseo, la inspiración de los colombianos de viajar a Europa,
aprender, hacer relaciones públicas, tejer redes de contactos que le puedan
servir a la reciente República, que esos viajeros vuelvan y ayuden a construir ciudades modernas y una nación que esté a la
vanguardia, un país unido, que salga del atraso, y desarrolle la economía, la
educación, la cultura y mejores las condiciones tecnológicas.
De esta manera el investigador Frédéric expone cómo el
General Santander viaja a Europa y a USA, y encuentra elementos constitutivos
del imaginario europeo. “Es el viaje como pedagogía, un aspecto que el
nacionalismo cosmopolita, explora detenidamente estableciendo el contrapunto de
la pedagogía liberal del progreso y la pedagogía conservadora del catolicismo.”[1]
Santander se reunió con varias personalidades militares y científicas en
Europa, como Humboldt en la ciudad de Berlín.[2]
El autor se dedica a describir el nacionalismo cosmopolita y analiza
la tramposa y movediza referencia europea en los complejos juegos de la
búsqueda del poder, del discurso político y
de los conflictos en torno a la creación de un Estado Nacional y a
partir de una nación. En la cual, se destacan los cambios políticos en ambos
continente, cuando en Europa hay noticias sobre la religión o nuevas leyes para
garantizar derechos a los ciudadanos, los efectos en Europa son un poco
similares en Colombia cuando llega la noticia. Las élites colombianas retrasan
mental e intelectualmente al estado, desde la política, la economía y el
desarrollo social.
Según Frédéric, la enajenación cultural de las élites frente
a Europa y frente al pueblo colombiano, para ser élites en cultura y sociedad
debían monopolizar la intermediación con Europa y USA.
“Colombia es un país pobre al margen de los grandes
intercambios transatlánticos, sean humanos, económicos o políticos. Es un país
que cuenta con pocos residentes europeos, ya que no ofrece mayor interés
económico para las potencias, la falta
de fuentes de riqueza estable, las dificultades climáticas y un incesante
entorno de guerras civiles son disuasivas para la llegada de capitales.”[3]
Argumenta Frédéric, al relacionar la economía de Colombia con otros países
Latinoamericanos.
En este trabajo Frédéric estudia la segunda generación
política del país. Aquella que en 1845 reemplaza en el poder a la generación de
la Independencia y desaparece alrededor de 1900, la misma que experimenta el
radicalismo liberal.
En el transcurso de este medio siglo, liberales y
conservadores, buscan tendencias y/o acontecimientos europeos y
norteamericanos, que argumenten sus ideales, políticas que pesen a su favor,
todos aspiran a que la patria asuma un papel de vanguardia.
La llegada de los europeos a Colombia, tienen como beneficio
el aumento a la cultura, a la lectura, en 1848, los escasos libros eran
importados, pero el presidente Mosquera decidió invertir en libros de diversas
áreas para nutrir a la Biblioteca Nacional, además, generó un plan de lectura
hasta las 10 de la noche. Estas medidas tienen un desarrollo en la cultura e
intelecto de la Bogotá de la época.
El presidente Tomás Cipriano Mosquera, expresa en un discurso
en 1885, “No hai en la Nueva Granada químicos, ni botánicos, ni arquitectos, ni
maquinistas, ni ebanistas, ni literatos, ni jeógrafos, ni matemáticos, ni nada, sino en una escala muy reducida:
sólo hai políticos en grande abundancia.”[4]
En la década de 1860, la generación política empezará gracias
al desarrollo de la navegación a vapor y del comercio a tener acceso a Europa;
Según Frédéric, la red de vínculos personales que los europeos dejan a su paso
en el país, es sin duda el legado más importante de su presencia en Colombia.
La prensa nacional es el canal de difusión de la referencia europea en el debate público colombiano,
seleccionar y traducir los artículos europeos era la tarea fundamental para los
periodistas de la época. La mayor traducción de textos a español eran
franceses.
Una manera en que el autor transmite datos o estadísticas es
con un relato escrito, sacado de la Galería de Notabilidades Colombianas, en la
Biblioteca Luis Ángel Arango, en Bogotá, donde describe a uno de los jóvenes
liberales de la época, Tomás Cuenca, tiene comentarios en su libreta de 1858 a
1860. El estudio a esa libreta revela en primer lugar, casi todos los libros
mencionados son de autores europeos, lo sorprendente, es el siguiente dato, los
libros de autores franceses representan el 80%, es decir de un total de
cuarenta y seis libros, treinta y siete son franceses. Este dato, denota la
influencia en la lectura de este joven liberal, y surgen varias preguntas: ¿Por
qué la mayoría de los libros leídos son franceses, será por la influencia del
partido Liberal, por las obras de Víctor Hugo?, ¿por qué no eligió a los
ingleses?
Realmente, ese dato es impactante, eso nos da una idea para
imaginar cómo era el nivel para instruirse, ¿quiénes podían acceder a la
educación y para qué fin?, luego de leer tanto textos y libros en francés,
¿Tomás Cuenca se identificaba como francés, quería ser de allá, no quería ser
más colombiano? ¿Qué tanto influye la educación y el conocimiento en la
identidad del país de origen, luego de conocer uno mejor?
Según Fédéric, la multiplicación de las referencias a Europa
se afirma por lo tanto como un fenómeno nacional, animado por actores
nacionales: lejos de ser únicamente el producto de un movimiento de difusión
unilateral, organizado desde
Europa con un propósito consciente de propaganda, la referencia europea se va
constituyendo en un fenómeno indisociable del proceso político interior, de la
elaboración de proyectos de construcción nacional y, más generalmente, las tensiones,
estrategias y conflictos que acompañan la búsqueda del poder.
“Los ejemplos de la política europea más que modelos de
construcción nacional, van a suministrar, sobre todo, fórmulas y líneas
divisorias que a pesar de ser esencialmente retóricas terminan desempeñando un
papel fundamental en la lenta delimitación de las identidades políticas, la
importancias de las discordias europeas ejerce un papel central en el proceso
de diferenciación de los partidos políticos en Colombia.” Asegura
Frédéric, haciendo referencia a la contienda política colombiana.[5]
Las decisiones políticas no eran claras, se pasó de ser
centralista a ser un país federado en 9 estados, después, se volvió
centralista, esto tuvo varios argumentos, que impulsan estos cambios como la
autonomía de las regiones y la vanguardia administrativa de las naciones,
además, de la influencia europea.
En cuanto a la economía, Frédéric expone, la monopolización
de los cargos públicos por los
detentores del poder en provecho a sus amigos, familiares y correligionarios
políticos. Esta monopolización de los puestos por parte de los grupos que
detentan el poder incita a los grupos excluidos a la rebelión armada como única
alternativa para sacar provecho del sistema. Quienes pueden constituir una vía
rápida de ascenso social, les fue fácil enriquecer gracias a un nombramiento
político, caso como Rafael Núñez.
La lógica implacable de la competencia por el poder político
contribuye así a la definición de proyectos nacionales, en ese proceso de estrategias
liberales y conservadoras cada vez más buscan en Europa legitimidad, que es
fundamental en la carrera hacia el poder, por lo tanto el nacionalismo parece
ser un instrumento indispensable para lograr el tan anhelado poder político.
Colombia es un desprovisto de un verdadero aparato estatal capaz de crear
nación.
Lo que busca el liberalismo de la época, en el cual se
referencia de Francia, el sueño liberal trata de la aspiración a una sociedad
patriarcal pero vanguardista, libertad de prensa, venta de bienes de la
iglesia, separar el Estado de la Iglesia, la abolición total de la pena de muerte,
consagrada en la Constitución de 1863. El orgullo abolicionista constituye uno
de los ejes esenciales del patriotismo liberal.
Lo que buscan los conservadores, la ola de reformas liberales
que sofocó la insurrección conservadora de 1851 parece haber acabado con el
conservatismo como fuerza política, pero de 1849 a 1854, surge una alianza, la
cual fue decisiva para el futuro entre
la iglesia y el conservatismo. La campaña organizada por la iglesia tras la
instauración del sufragio universal masculino por la Constitución de 1853 para
incitar a los católicos colombianos a
participar en la votación, fue exitosa para los conservadores por que desemboca
en la elección de Mariano Ospina; algunos clérigos hasta incitaban al odio y al
conflicto social, en cuanto los partidos, a utilizar sin consideración al
pueblo en sus guerras civiles, apartando
a los artesanos de los talleres y a los agricultores del campo.
Buscar los referentes por fuera del país o en las culturas
más avanzadas no fue la solución, por lo contrario, heredados vicios ajenos,
demagogias extranjeras y nos perdimos en una obsesión, nauseabundos de obtener
el poder y acabar con el otro. Sin embargo, todo no fue tan malo, la generación
siguiente sacó algunos frutos, como lo esperaba el presidente Mosquera, Asunción Silva, en 1925 alcanza el punto más
alto de elaboración intelectual. La novela “De sobremesa” se
publicó 30 años después de ser escrita.
Este personaje como otros de su época, viajaron fuera del
país, conocieron, se instruyeron en sus saberes específicos y volvieron, acá,
en Colombia, dejaron huella, otro, fue Jorge Isaac. Entonces, no está mal tener
un nacionalismo cosmopolita, el problema es traer las dificultades de esos
lugares a las calles colombianas, a la constitución y peor aún, perder la
identidad de colombianos, de seguir creyendo que somos colonia, virreinato, consulado,
etc.
Para concluir, es evidente que al principio todo es difícil,
sobre todo, si no hay unión, luego de leer el libro, me deja reflexionando
sobre la identidad, sobre la convicción de la nación que han tenido todos los
presidentes, y peor aún, la confusa identidad de ser colombianos.
Todo es un proceso, que la segunda generación no lograra
darle el impulso para que Colombia despegara y fuera un gran país, no es para
castigar, el problema viene de más atrás, y todavía tenemos esos vacíos, esos
egoísmos y ambición de poder.