Actos de madrugada
En la madrugada de un domingo asesinan a un comerciante, no se sabe si fue por extorsión o un ajuste de cuentas por mujeres, se rumorea que él le ofrecía el dinero necesario a la mujeres hasta convencerlas y obtener el placer que deseaba, no le importaba si eran comprometidas, solteras o zorras, sin embargo otra posible causa de su muerte es el socio, el compinche, el parcero, pero negocios son negocios y ya le estaba estorbando. En nuestra sociedad hay momentos terribles y esta muerte puede causar una injusticia.
Alguien dió la orden, Mario y Nico tienen que asegurarse de matar a un comerciante no les interesa quién es, solo quieren recibir la bonificación, si queda vivo y uno de ellos debe morir, son las reglas.
Son las cinco de la madrugada y el cielo sigue oscuro, Mario inicia el cronómetro y junto a Nico empiezan a caminar como borrachos sin llamar mucho la atención, caminan en zic zac, es la estrategia acercarse a la víctima sin delatar que son asesinos, el frío es cómplice para utilizar atuendos grandes donde tienen potentes armas escondidas, están a dos metros del objetivo, Mario y Nico lo identifican, con gran agilidad Nico desliza su brazo y saca una escopeta doble cañon recortada, apunta al pecho del solitario hombre y dispara cinco veces, la víctima cae al piso, se acerca Mario le apunta a la cabeza y le dispara con una magnum calibre 50 bmg de 3 tiros, Mario y Nico abordan el vehículo de la víctima y emprenden la huida.
En el barrio Alejandro Echavarría (Buenos Aires, Medellín), suena el despertador a las cuatro y media, Gabriela de 57 años se levanta alegre debido a que logró descansar, son las cuatro y cuarenta de la mañana y la señora empieza a preparar el sudado de carne, para la salida que tiene pendiente con su familia. Mientras cocinaba escuchó cinco estruendos que le generó confusión, al instante escucha otro y decide mirar por la ventana hacia la calle y observa cómo dos hombres abordaron un auto y cogen por la vía Santa Elena hacia arriba, rápidamente Gabriela llama a la policía comentando con detalle lo que ha visto.
Los patrulleros Gaviria y Mejía están comiendo empanada con ají y toman café con leche para calentar un poco el cuerpo de la fría madrugada, en el punto de venta hay una radio que anuncian “En la voz de Colombia... son las cinco de la mañana”; Gaviria habla con su compañero sobre los estudiantes y las protestas estudiantiles, pero el radio de Mejia suena atronador y atentos reciben indicaciones del intendente “Hace pocos minutos hubo un homicidio, los sospechosos huyeron en Mazda 3 color blanco y van por la vía Santa Elena”
Los patrulleros se montan en la moto y comienza la persecución, en menos de dos minutos van por la entrada al Redemptoris Master, vía Santa Elena. El intendente vuelve a comunicarte y ordena que los patrulleros entren a los barrios de la zona para localizar el auto o los sospechosos; el Intendente quiere acorralar para eso ya tenía un retén en el Silletero, única vía de la zona para salir de la ciudad.
Gaviria y Mejía entraron al barrio Ocho de Marzo, al parecer todo esta tranquilo pero deben estar atentos, es un barrio con partes altas y es muy probable que los están observando. Los patrulleros llegaron al corazón del barrio, están caminando, rodeados de casas de 2 y 3 pisos, los nervios están alterados, y en la próxima esquina hay una persona de pie, Gaviria le ordena que alce las manos, mientras Mejía cubre atrás, avanzan con mucha cautela.
Juan Pablo es un joven poeta que le gusta ver como por el oriente se asoma el sol. Los domingos se levanta a las 5:30 a caminar por el barrio, mientras el sol se asoma por las montañas de Santa Elena, él vive en el último barrio de Buenos Aires.
Arriba, por la vía Santa Elena está ubicado el barrio 8 de Marzo, su nombre es un homenaje a las madres cabeza de hogar que construyeron el barrio formando escalas, tanque comunitario, parques y arreglos en la casa, estos deberes los debían hacer hombres, pero ellos trabajan para traer la comida a su familia. Un barrio donde las mujeres son respetadas y admiradas por sus logros le facilita la inspiración a Juan Pablo.
Domingo 5:30 de la mañana y Juan Pablo camina por el barrio sin rumbo fijo, saluda a un borracho que aún tiene una botella de Ron en la mano, este se marchan entonando la canción Amigo de que de Charlie zaa; Juan Pablo está de pie en una esquina del barrio y piensa en la canción que entonaba el borracho y viaja en su mundo poético relacionando palabras y hechos, de repente escucha una voz fuerte - Manos arriba -
Nico y Mario abandonan el auto y abordan una motocicleta DT - Yamaha y al arrancar dejan la huella de la llanta en el asfalto, como pista para los policías. Se dirigen a sus casas y en minutos llegan al barrio 8 de Marzo y al parecer todo esta normal, guardan la moto y las armas, Mario enciende el radio para notificar a sus colegas que ya esta de regreso, se despide de Nico y se dirige a su casa a dormir, da cinco pasos y el Ñato en lo más alto del barrio avisa a todos por radio.
- Varias patrullas de policías en moto se están acercando... uno de las moto acaba de ingresar al barrio... las otras patrullas suben por la vía de Santa Elena, tengan cuidado y coloquen los audífonos al radio... es probable es que nos están emboscando.
Mario pide escondite en la casa más cercana, le abren la puerta y mira por la ventana a través de la cortina de color azul claro. Cinco minutos después pasan al frente de la casa Gaviria y Mejía; Mario sabe que los están buscando por el asesinato del comerciante, y de repente escucha que un policía dice -Manos Arriba-
Mario se asoma sigilosamente por la ventana y ve que en la esquina le apuntan al poeta del barrio. Es un Instante fúnebre en que la sociedad se aleja y consuma el irreparable abandono de un ser pensante.
La inocencia y en el futuro del poeta, conmueven a Mario y por su mente pasa rápido en imágenes la muerte de su padre, el hermano y el llanto de la madre, fueron pocas las oportunidades de ser lo que él quería ser y no las aprovechó.
Pero él no es el único que observa, el ñato avisa por el radio y todos los colegas para que se dirijan a la esquina. Mario sale sigiloso de la casa y dice a los dos policías.
- Suelten al pelao, él es sano y no tiene nada que ver en este mundo de bandidos y de malos policías... Sueltenlo. Dice Mario con tono fuerte.
El patrullero Gaviria sonríe, le apunta a Mario con el arma y menciona.
-Si éste es poeta, ¿tú quién eres, Aristóteles?
Mario, no tenía armas pero decide meter su mano derecha al bolsillo del enorme saco y dice.
- No importa lo que dices, pero el poeta sale vivo y ustedes salen vivos, si él muere ustedes dos mueren, no permitiré que el poeta del barrio muera, un barrio donde hay obreros, donde las señoras van a las casas de los ricos a limpiar el baño, donde los niños juegan a ser malos, donde las niñas de 11 años se maquillan y llegan tarde a la casa, no permitiré que muera el arte, el cambio y alternativa para los jóvenes de este barrio.
Al mencionar estas palabras iban saliendo de las casas, de las terrazas, de las esquinas hombres y jóvenes armados apuntando a los policías, desde las ventanas se asomaban niñas y niños observando y escuchando todo lo que acontecía.
El policía Gaviria al ver la condición en que se encontraba, mira a Mejía como guarda su arma, ambos tienen miedo pero evitan demostrarla. Gaviria resignado suelta a Juan Pablo y con una sonrisa tímida dice.
-Solo estamos buscando a dos sospechosos, que esta madrugada asesinaron a un comerciante, estos individuos huyeron de la escena del crimen en el carro de la víctima, el carro se encontró a 700 metros de la entrada de este barrio, y al parecer abordaron una moto, hay testigos y cuando este el retrato hablado de los dos sospechosos vamos a ir todos los escondites y cuevas de los barrios del sector, es evidente que los asesinos son de estos lados.
Mario le dice a Juan Pablo que se vaya, con un tono suave, pero con una mirada firme y fría a los dos policías, les dice.
-Ya se pueden ir y estén tranquilos no le van a disparar, a menos que hagan algo tonto.
A los ignorantes enseñadles lo más que podáis; la sociedad es culpable por no dar instrucción gratis, es responsable de la oscuridad que con esto produce. Si un alma sumida en las tinieblas comete un pecado, el culpable no es en realidad el que peca, sino el que no disipa las tinieblas.